(ENA) No hay pueblo ni gobierno que negocie sobre la soberanía y la unidad de Etiopía, dijo el director ejecutivo de la Administración Interina de Tigray, Abraham Belay.
En el esfuerzo por desafiar la soberanía y la unidad nacional de Etiopía, las fuerzas internas y externas han utilizado grupos antipopulares como el terrorista TPLF.
Es imposible tolerar fuerzas extranjeras que quieran interferir en los asuntos del país e imponer condiciones contra la soberanía y unidad de Etiopía, agregó.
En sus esfuerzos por desafiar la soberanía y la unidad del país, fuerzas internas y externas utilizan grupos antipopulares como el terrorista TPLF.
«Ninguna fuerza debe tener la posibilidad de gobernar el país por la fuerza y desestabilizar el país», declaró, y agregó que «no podemos aceptar en nuestra vida ninguna fuerza para cambiar un gobierno».
El CEO explicó que estas fuerzas se dieron cuenta de esta posición de gobierno. “Las fuerzas que no quieren la unidad y el desarrollo de los etíopes todavía quieren vernos en conflicto y caos.
En ese sentido, las fuerzas que ven que Etiopía va por buen camino hacia el desarrollo y que el gobierno reformista no negocia con ninguna fuerza que use la fuerza contra la soberanía del país están trabajando incansablemente por la destrucción, dijo.
Uno de los problemas que constantemente ha desafiado al país es la misión destructiva de las fuerzas internas, dijo Abraham, y señaló que el terrorista del TPLF que nunca se preocupó por la gente es una manifestación de ello.
El CEO reveló que no es raro que los países que apoyan a este grupo terrorista, tanto en casa como en el extranjero, intenten crear influencia en términos de encontrar un gobierno títere.
El grupo traicionó al pueblo y al país atacando a la respetada y popular Fuerza de Defensa Nacional.
Dijo que los esfuerzos para evitar que el grupo terrorista destruya el país y lo destruya para siempre continuarán fortaleciéndose a través de la cooperación.
Cabe recordar que en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada ayer, China, Rusia e India expresaron su solidaridad con Etiopía, señalando que el país puede resolver sus problemas internos por sí solo.